3 may 2017

Resumiendo

Ha sido un largo recorrido por, corto de tiempo, pero enorme en cuestión de avances, he disfrutado cada minuto de esta clase, me he roto la cabeza con conceptos que burlaban mi capacidad de entendimiento, me he aterrado con conocimiento nuevo y nociones que amenazaban mi estabilidad emocional, me he enfurecido con la historia y al paso de su estudio le he puesto una veladora a sus ruinas, me he preocupado por el mundo, por el pasado, por el otro, por el estado, el gobierno y las instituciones, he sufrido noches sin dormir pensando en conspiraciones paranoicas, me he sentido carente de libertad, usado, manipulado y endosa en paquetes digitales dispuestos al consumo, la filosofía política me ha cambiado y aunque no puedo asegurar si es para bien o para mal, si puedo afirmar que ha modificado profundamente mi visión de la realidad.


Como de costumbre ha provocado más respuestas de las que he podido contestar, he caído en tribulaciones esquizofrénicas y ataques de pánico mientras estudiaba el concepto de poder de Foucault, y me he aterrado al leer sobre los aparatos ideológicos del estado con Althusser, he redescubierto la libertad y el compromiso con Sartre, he aborrecido-amado al estado con Hobbes, he aprendido del valor de la propiedad privada con Locke, he criticado a la razón instrumental con Adorno y Horkheimer y he llorado por la Historia con Walter Benjamin, me he reído a carcajadas con el idealismo de Platón y he aprendido de sospecha, intriga y manipulación con Maquiavelo, he compartido un café con Rawls, y me he alegrado con Cassirer, en resumen he aprendido, y estoy muy feliz de haber (vuelto a cursar) esta materia.



Sobre el profe Monreal, creo que conoce bastante, es abierto, crítico y sabe reírse, crea en el aula un ambiente de confianza y camaradería, es un hombre lleno de convicción que siempre tiene algo que decir sobre cualquier tema, sabe defender sus ideas y sus posturas con argumentos claros y contundentes, es auténtico, inquieto, intenso y ama su trabajo, el de aprender, el de enseñar, el de entender en compañía de otro el mundo que nos rodea y si es posible cambiarlo para el beneficio de todos.



Este último mes se nos atravesaron las vacaciones y no tuvimos el tiempo necesario para profundizar en un sinfín de temas tan bastos como interesantes, pero dentro de lo que cabe mencionar está el último ensayo que hicimos. De los temas disponibles preferí tomar el pensamiento francés del siglo XX, específicamente hablando Sartre y Foucault buscando sincretizar sus filosofías en un postulado propio  más no nuevo, el poder y la libertad y el pseudo equilibrio orgánico que se da entre ellos.

El Equilibrio es imposible

“Somos los hijos indeseados de Dios, ¿y qué? Nuestros padres eran nuestros modelos de Dios, y si nuestros padres nos fallaron, ¿qué dice eso de Dios? Tienes que tener en cuenta la posibilidad de no caerle bien a Dios, él nunca quiso tenerte. Con toda probabilidad él te odia.”
- Chuck Palahniuk-

Cualquier posibilidad de equilibrio sistémico fallece en las aras de la libertad individual del sujeto, por ende, el colectivo social tiende por naturaleza a oprimir y reformar al sujeto mediante mecanismos de poder que garanticen la permanencia del sistema, a través de la pseudo-libertad del individuo.



Durante este breve texto haremos una inmersión en las aguas francesas de la reflexión filosófica, usando de timón y barca a dos dignos ejemplos de completud intelectual, Sartre, Foucault, Personas-personajes que abordaron distintos campos de estudio de la esfera del conocimiento humano, llevándolos por distintas vertientes en las cuales, el día de hoy, podemos clasificar y categorizar para facilitar su comprensión, dichos movimientos son: el Existencialismo para Sartre y el Estructuralismo para Foucault y aunque tales escuelas disten mucho entre ellas podemos observar, a través de un análisis conceptual, como ciertos parámetros y construcciones pueden ser sincretizados ya sea para comprobar o desbancar nuestra primera afirmación.



Así pues comenzaremos analizando el pensamiento Sartreano en busca de visión, y nos daremos cuenta de la existencia de tres grandes piedras angulares sobre las cuales giran las demás construcciones; estas son las ideas de libertad, responsabilidad y compromiso.
Primeramente podemos definir la libertad sartreana como una idealización exacerbada que solo se da en y por la conciencia, recordemos que Sartre era existencialista, por lo tanto, pensaba que la existencia precedía a la esencia, priorizando la libertad en cuanto está pone el objeto presente como ausente, tal es el poder de la imaginación humana que a través de la misma el hombre se puede ausentar de la realidad, negar el mundo o evocar lo irreal, ese es el proceso de la libertad absoluta subjetiva, una capacidad que no puede ser arrancada al sujeto ni por las condiciones de su realidad ni por su situación concreta.



Sin embargo, esta era una concepción prematura, una construcción que Sartre imagina antes de la ocupación Nazi, con la cual y ante el tiempo que permanece preso, su visión del mundo cambia y ahí en adelante, ante el germen político del innegable autoritarismo totalitarista que consumía su Europa inmediata, Sartre revoca el absolutismo indeterminado de su concepción y sitúa la esfera de la responsabilidad y el compromiso dentro del campo de su libertad. “Mi libertad, necesita la libertad de los demás”.



El ser por tanto no es, vive inacabado, existe como proyecto a lo que aspira ser, por lo tanto la conciencia tiene el poder de sustraerse de lo que es, de negarse a sí mismo y proyectarse hacia lo que desea, ahí se manifiesta su libertad, pues es libre de elegir lo que quiere ser, más vive atado a la existencia del otro, puesto que la libertad del otro nos deriva en esclavos, Sartre afirma que somos para el otro, de ahí su innegable frase de “Habremos de ser lo que hagamos, con aquello que hicieron de nosotros”.



Entonces se es libre por que no se es y solo se es eligiendo lo que quiere ser a través de la sociedad y el otro, pues cada elección irremediablemente afecta a toda la humanidad, no obstante dicha elección solo se da en una situación concreta, un marco real, y es sobre esta elección real y política que el hombre debe hacerse responsable de su libertad, de ahí nace el compromiso, puesto que el hecho de ser libre nos responsabiliza de la misma y nos compromete con nuestras acciones. El proyecto de ser es una necesidad social de ser libre para transformar la realidad.



Ante estas reformulaciones de la concepción sartreana de libertad vemos como pasa de un indeterminismo absolutista a una política “transformativa”, un digno ejemplo del intento (¿Fracasado?) de unir el Marxismo con el Existencialismo, corrientes que tienen grandes diferencias entre sí, sobretodo el punto de referencia a través del cual se inicia la reflexión, El existencialismo parte de un subjetivismo indeterminista, una libertad esclavista que desemboca en un pesimismo absurdista, mientras tanto el marxismo inicia desde la visión de la comunidad, los medios de producción, la lucha de clases y la idea de transformación social a través de la praxis filosófica, ¿Para qué comprometernos con el otro si el hombre es una pasión inútil?



Por otro lado Foucault pertenece al movimiento estructuralista, una escuela orientada a dejar de ver el sujeto como el epicentro de la reflexión filosófica, y situar a la estructura sis6emica a la que el sujeto pertenece como individuo en el ojo del huracán, de aquí que el filósofo del poder postule la frase de “El hombre ha muerto” emulando a Nietzsche con su máxima clásica, “Dios ha muerto”. Bajo esta concepción El hombre, tal como lo vislumbra Descartes, el ser al que pertenece la razón, el único protagonista del “pienso, luego existo” se desfasa o se relega a un plano minoritario de atención,  esté fenómeno tiene lugar a través de las críticas que Foucault retoma de Heidegger al sujeto, quien se convirtió en el principal pensador de la modernidad capitalista al fallecimiento anticipado del pensamiento Marxista, marcado por la inevitable caída del régimen soviético.



Heidegger postula que “El sujeto Cartesiano ha dejado la búsqueda del ser de lado por arrojarse a la conquista de los entes”, un asunto turbio que también tomo lugar en las reflexiones de Adorno y Horkheimer en “La Dialéctica de la ilustración” donde sitúan el problema de la razón instrumental, que no es otra cosa que el uso del poder a través de la razón para obtener dominio y control sobre la naturaleza y los hombres, la cosificación del otro por medio del conocimiento premeditado y consciente.



Para Foucault esto es el núcleo del poder, la razón instrumental, dicha voluntad perniciosa e iluminista se hace presente en la sociedad a través de la disciplina, pues ya lo decía Hobbes, “El hombre es el lobo del hombre” y ante esto, el estado (Leviatán) sustrae parte de nuestra libertad para ejercer el poder y reprimir el estado vil y natural del hombre.



Una muestra de la habilidad del estado para ejercer el poder yace en los dispositivos de control, que Althusser denominaría aparatos ideológicos y con los cuales “El poder” se sirve para alinear el pensamiento y construir sujetos sociales. Las escuelas se encargan de reproducir los patrones culturales que darán nueva vida al sistema y garantizaran la supervivencia del mismo, las prisiones funcionan como centros retentivos que suprimen la libertad del individuo, donde se intenta reformar conductas a través del juego diabólico de vigilar y castigar, mientras lo manicomios ocultan al enemigo más grande del poder, la locura pues los Locos son la más grande crítica viva y magistral de nuestro sistema, ya que innegablemente conjuramos a Goya cuando descubrimos que “los sueños de la razón producen monstruos”.


Vigilar y castigar, al igual que la ventaja de ver sin ser vistos son las características principales del modelo panóptico que propone Foucault; Como ejemplo, en una escuela el profesor ejerce la voluntad del panóptico, vigila, regula, castiga, reprime y produce sobre los sujetos de menor rango, pues el poder y sus relaciones jerarquizan, tal como diría Sartre con la dialéctica del amo y el esclavo. A su vez cada institución correctiva tiene una figura simbólica de poder, no alguien que lo posee, sino un algo que lo ejecuta, en la prisión el guardia tiene la libertad de reprender y disciplinar, no porque sea un hombre mejor o más libre, sino porque dentro de la situación espacio temporal de la prisión, y ante las circunstancias de los dominados,  el guardia ocupa un cargo político, constituye una figura de autoridad y la institución respalda el uso del poder en cualquier manifestación arbitraria que se le ocurra, tanto como la institución médica brinda al psiquiatra la capacidad de sentenciar si el loco, efectivamente padece algún tipo de locura.



El concepto del Panóptico puede ser llevado a una reflexión más allá, al transbordársele a nuestra realidad concreta, donde la sociedad misma sirve de ojo calificador. La mirada del panóptico nos cosifica, pues no nos ve como sujetos, sino como objetos que deben ser controlados y vigilados aún a costa de nuestras libertades, situados en un mundo atiborrados de cámaras hemos perdido nuestra privacidad, y el otro amenazante e impredecible nos mira, nos vigila y nos enjuicia según el grotesco pegamento moral que el poder haya instaurado como verdad. “Somos para el otro” Afirmaba Sartre pues es la mirada del alter la que nos define, sin embargo, en su mirar también nos cosifica, nos arranca de nosotros mismos y nos convierte en existencias inauténticas y angustiantes. Para Foucault esa mirada no solo priva de si al sujeto, sino que lo condiciona a los patrones que el poder requiere. El otro es el panóptico.



“No existen hechos, solo interpretaciones” decía Nietzsche, La verdad no es una sola, sino es más una multiplicidad de versiones que están en constante colisión, y es solo el poder quien tiene la capacidad de legitimar una verdad como hecho, impone realidades a través del lenguaje, domina por medio de signos y significados, se basa en el conocimiento del hombre, en la ciencia y en la manipulación del discurso, en la transformación de los símbolos sociales, en la cultura, el miedo y la violencia, para sujetar al individuo a una verdad “concreta” con la cual pueda hacerlo parte de si y sus relaciones, ese poder, es el colectivo humano en su representación sistémica, ya no como Estado sino como un “algo” que se revela más grande, complejo y oscuro, cuya magnificencia, control y operatividad lo vuelven invisible ante los ojos de quien ose buscarlo.



Ese algo sistémico y operativo cuyas redes de poder abarcan un campo global imposibilita cualquier posibilidad de libertad individual del sujeto, en aras del equilibrio natural cualquier elección que tome el individuo está contemplada dentro de los movimientos de dicho sistema,  no en forma de un determinismo absoluto, sino que este algo colectivo, humano y masificado que solo puedo pensar como retorcido resultado de meter en una licuadora el Absoluto de Hegel con el Leviatán de Hobbes pero infinitamente más monstruoso e invisible, necesita y requiere la ilusión subjetiva de las libertades individuales, pues dicho sistema que se me antoja orgánico requiere el conflicto para seguir creciendo como si se tratase de un ritual dialectico pero sin fin alguno, el sistema humano se autorregula y continua moviéndose hacia un no sé qué, que no puedo imaginar, la razón, hija predilecta del espíritu humano no abolió el temible estado natural que tanto horrorizaba a Hobbes, solo le dio normas, reglas, horarios, el colectivo social tiende por naturaleza a oprimir y reformar al sujeto mediante mecanismos de poder que garanticen la permanencia del sistema, a través de la pseudo-libertad del individuo.



"No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones, sois la mierda cantante y danzante del mundo".  - Chuck Palahniuk-


23 mar 2017

Segundo Parcial

Advertencia: Esta exquisita narración corresponde a mis experiencias como larva filosófica en la materia antes nombrada, conlleva mi reflexión, opinión y vivencias durante el segundo parcial, que comprende básicamente el último mes de clases, así que seré breve.

¿Cómo puedo comenzar está redacción? El profe Monreal dice que tenemos que echarle ganas a nuestro texto, porque no solamente servirá tal cual herramienta de evaluación, sino que también hablara de nuestra “tremenda” capacidad como filósofos para describir nuestra realidad, mostrar nuestro crecimiento académico y detallar nuestras circunstancias, pero sinceramente, después de tomar la materia de filosofía política (por segunda ocasión), es un jodido milagro que no me haya querido suicidar… (Otra vez) Explicare por qué.

Es difícil ser feliz en estos tiempos y sobretodo vivir en armonía con nuestros semejantes, imaginen lo cabron que se torna todo cuando en clases desmenuzamos los grandes misterios políticos, conceptos como “el estado” se nos sirven en la mesa de análisis para su desarticulación, estudio, y critica, imaginen lo difícil que es mantener la cordura mientras pensamos en las prescripciones éticas que realiza la filosofía a las concepciones políticas para un ejercicio adecuado de la misma e imaginen mi sorpresa cuando cotejo dichas nociones con mi apestosa realidad, no es divertido enterarse de como las diversas ideologías que sirven al aparato sistémico estatal manipulan al individuo de formas retorcidas y demenciales que ponen en crisis mi mundo.

Comenzamos el parcial introduciéndonos al pensamiento filosófico-político de del renacimiento y la ilustración, así que obviamente le hicimos una autopsia a mi querido amigo Maquiavelo, un burócrata florentino que fue traicionado por los Médicis y encerrado injustamente, para ganar su libertad esgrime el Príncipe, dirigido a su compa Lorenzo (el vato que lo había encerrado en un principio) y pues, así la cosa, Maquiavelo se gana su libertad al hacerle la barba al chido, lamentablemente, poco tiempo después, el principado italiano se desmoronaría. Pero bueno, “El príncipe” es un texto muy chido, al cual le achacan el título de “El primer tratado de ciencia política”, ¿Por qué? Bueno, fácil, resulta que hasta ese momento todo el que había escrito sobre política lo había hecho en un tono de “uy si, esto no es política, política debería ser así” con tonos muy éticos e idealistas sobre el asunto (imagínense que Platón quería que los filósofos gobernasen), Entonces mi amigo Maquiavelo se quita de encima el plano moral y comienza a detallar de forma histórica como “debe” de gobernar un príncipe chido, terror, muerte, conspiraciones, traiciones, estrategias bélicas, armas, sangre y todo con un tono de recomendación, yo me lo imagino así

Maquiavelo: -“Oye Lorenzo, yo sé que eres bien chingón, pero… ¿No has pensado en matar a esos infelices de por allá?”
Lorenzo: -“No… ¿Por qué?”
Maquiavelo: -”Bueno hermano, es que esos tipos quieren levantar una república, y más vale un príncipe temido, que uno amado”
(Spoiler, parece que Lorenzo no le hizo mucho caso a Maquiavelo)

Nos pasamos un ratote con Maquiavelo, mis compas se aventaron la Mandrágora y los discursos de Tito, donde habla del clero y la república, y bueno aparte de las sabrosuras de charlas que nos aventábamos en clase, Rodolfo nos dejó hacer infografías, yo supongo que “para llevar el conocimiento a aquellos que les da hueva leer tanto” no sé, para eso son las infografías y la neta, pues estamos medio weyes con esto del diseño, pero progresamos mucho a lo largo del mes.

Se las presumo

Por Último, tenemos que leer un texto completo, a mí me toco Hobbes, el Leviatán, está súper chido, la neta lo pedí por que el nombre está muy atractivo, aún no lo termino, pero me está gustando mucho, esperen la entrada del leviatán, see you later space cowboys.

24 ene 2017

La Aristocracia Platónica y el rey Filósofo

Se me encomendó abordar y exponer un tema sobre platón y su pensamiento político, así que osadamente decidí abordar sus conceptos, tanto de aristócrata como de Rey Filosofo, todo eso bajo el enfoque critico de la pregunta ¿Qué hace mejor a un hombre, ante otro? Puesto que para platón los “mejores” nacen como tales (con la capacidad de corromperse), nos preguntamos ¿Qué conjunto de aspectos u habilidades deben contener dichos hombres para ser considerados así? La respuesta es, la paidea.

Y ¿Por qué asegura Platón que es sobre el filosofo que debe recaer la capacidad de gobernar? Según las concepciones platónicas, los filósofos, son los mejores, puesto que están mejor preparados, almas amantes de la sabiduría, seres que viven fuera del mundo de las apariencias y que han presenciado por ellos mismos, la claridad del mundo de las ideas, sin embargo, dicha concepción tiene varias aristas.


La primera es que no es en si el filosofó despierto el ser más capaz para gobernar, puesto que como lo dice el mismo Platón, en la parábola de la cueva, la masa es estúpida y cualquier intento del filosofo por decirle que las apariencias son falsedades terminaría en tragedia para el sabido despierto, por lo tanto la única manera de llevar a la luz a estas personas, era la paidea, básicamente, la propuesta de Platón no es la de darle al filosofo las riendas del poder, sino las riendas de la educación, sobretodo, de la realeza, aristócratas nacidos en familias elites y cuya función es la de gobernar, así el filosofo tendría el deber de capacitar al joven gobernante en las artes del conocimiento y en el proceso convertirlo en filosofo.



Así pues el rey filósofo sigue naciendo como rey, sin embargo se convierte en filósofo en el proceso, lo que lo hace mejor, no es el conocimiento, sino su cuna, su posición y su función a futuro, concepciones aristócratas de la vieja Grecia que sin embargo se siguen ocupando en nuestro acontecer, Platón no soñaba con que un filósofo se posicionara en el poder, sino que encaminara a quienes ya estaban preparados para él, dándoles la noción de que gobernar no es un derecho, sino una responsabilidad, y en el proceso convertirlo en un sabio despierto.


A continuación les regalo "La república" de Platón: https://www.dropbox.com/s/8qfwfcz8tk3jlbs/PLATON-Dialogos-IV-Republica.pdf?dl=0


19 ene 2017

Filosofía Política, Muerte y Resurrección

Aunque hubiese faltado a la primera clase, gracias a los comentarios de los compañeros pude pseudo-prepararme para la clase, y no llegar con las manos vacías, al parecer el Profesor Monreal había pedido una serie de lecturas introductorias, así que tome el capítulo de introducción del libro ¿Qué es ciencia Política? De Leo Strauss y prepare mi “relatoría”. Lamentablemente no fue lo que esperaba.


Una relatoría es una narrativa intersubjetiva de un hecho real o ficticio, en este caso, seria de la experiencia de la lectura, sin embargo, mi relatoría era más un control de lectura, una suerte de parafraseos acotados que explicaban un tema específico, donde mi opinión quedaba de lado.



Así que bajo los regaños del profesor tuvimos que reescribir nuestra construcción textual, así, mi opinión sobre lo leído en las páginas de Leo Strauss se basa a la crítica de la supuesta muerte de la filosofía política y sus límites para con la ciencia política. El autor propone una identificación correcta de la disciplina ante las variaciones sistémicas que nacen tanto de la filosofía como de la política, y de entre ellas remarca dos ramas importantísimas, la filosofía política y la ciencia política, detalla como la segunda ha opacado a la primera en cuestión de estudios académicos y necesidades epistémicas, mientras la primera, ha tenido que mantenerse oculta al estar cargada de subjetividad y reflexiones variadas que conduzcan a esclarecer la tendencia vital de lo político, mientras la ciencia, alejándose de todo plano interpretativos busca detallar datos y esclarecer conductas que permitan estudiar el objeto político sin subversividades ni malentendidos. ¿La ciencia ha llevado a la muerte a la filosofía política? ¿Acaso la ha relegado a los brazos de la historiografía? O es acaso, que para fines culturales, políticamente correctos y análisis estandarizados en el seno del positivismo, olvidamos que la política nace de la tendencia social a lo “bueno” es acaso esta palabra tan escabrosa y relativa que tendemos a evitarla. ¿Por qué? eso es precisamente campo fértil para la filosofía política, disciplina que no está muerta, sino dormida en el fondo de la conciencia colectiva, exiliada del canon de lo correcto nos recuerda la impasible pregunta del ¿Qué es lo correcto? Es por eso, que dicha disciplina sea tan peligrosa, no solo para los fríos y descriptivos métodos científicos, sino para el aparato ideológico que se encuentra detrás de los mismos.


Les dejo el libro en PDF: https://www.dropbox.com/s/dfmy03bpcu8hn8y/Leo-Strauss_Que-es-filosofia-politica-.pdf?dl=0

17 ene 2017

Ausencias y Nuevas Dinámicas

El primer día de clases de la materia de filosofía Política no pude asistir, debido a un accidente automovilístico y la pérdida total de mi auto, he estado yendo a Inbursa a negociar el seguro, y es que los trámites burocráticos para cobrar la remuneración son demasiados, cansados y tardados, sin embargo tuve la oportunidad de charlar con mis compañeros de grupo, quienes me rolaron el dato de que en este nuevo ciclo escolar el profe Rodolfo Monreal traía una suerte de dinámicas que tenían que ver con un fuerte acercamiento a las redes sociales, entre estas didácticas se encuentran la manifestación de un blog donde iremos sumando relatorías de nuestras opiniones y experiencias en clases, por ende reabro este viejo espacio y lo dotó de nueva vida, ahora con visiones académicas y objetivos claros: Sobrevivir a este periodo escolar.


18 jun 2016

La tetrica filmografía de George Mélìes

La Filmografía (Dentro del género del terror) del inmortal George Mélìes

1896 : Le Manoir du diable (La mansión del diablo)
1898: La Damnation de Faust (La condenación de Fausto)
1899: Le diable au couvent (El diablo en el convento)
1902 : Le Diable et le Statue (El diablo y la estatua)
1903 : Le Revenant (El espectro)
1903 : Le Chaudron infernal (La caldera infernal)
1903 : Le Monstre (El monstruo)
1906 : Les 400 Farces du Diable (Las 400 farsas del diablo)
1906 : L'Alchimiste Parafaragamus ou la Cornue infernale (El alquimista Parafaragamus o la retorta infernal)
1909 : Le Locataire diabolique (El inquilino diabólico)

1910 : Les Hallucinations du Baron de Münchausen (Las Alucinaciones del barón Münchausen)

14 jun 2016

Las Primeras Películas de Terror

Corre el año de 1895, finales del siglo XIX, el mundo se acerca a una nueva etapa, los países más poderosos del globo prosiguen con sus ansias imperialistas, una variedad de corrientes ideológicas azota la psique social, desde el idealismo absoluto de Hegel hasta el Nihilismo de Nietzsche, pasando por el Materialismo Marxista. Por otro lado las artes plásticas escandalizan con el Impresionismo, el movimiento Arts and Crafts comienza a tomar fuerza en el universo del diseño. H.G. Wells estrena La máquina del Tiempo y Oscar Wilde presenta en escena La importancia de llamarse Ernesto, mientras tanto en Francia, específicamente hablando en el Salon indien du Grand Café del IX distrito de París los hermanos Lumiere presentan el primer espectáculo público de su cinematógrafo, sobre sale la cinta Llegada de un tren a la estación de la Ciotat la cual según la leyenda, ocasiono miedo y horror en los espectadores, quienes saltaron y gritaron pensando que el tren los arrollaría, el género del terror  había nacido.



Teniendo como función, la de provocar pánico explotando el temor y la angustia, el terror comenzó sus primeros años explorando los recursos técnicos, estéticos, psicológicos y narrativos que pudieran manifestar tales sentimientos en el público a través de la experiencia cinematográfica. Así Georges Méliès, Maestro ilusionista y padre de los efectos especiales, quien estaba presente durante el espectáculo de los hermanos Lumiere decide darle rienda suelta a la imaginación y concibe la cinta La mansión del Diablo, una pieza de no más de tres minutos y medio donde un terrible vampiro atormenta a un par de tipos que visitaban un viejo castillo, la pequeña película presenta el macabro uso del stop trick, una técnica descubierta por Méliès la cual consiste en detener la filmación y reanudarla para dar la impresión de la aparición o desaparición de objetos, visualmente asombrosa y de connotaciones relativamente mágicas debió haber sido todo un evento para aquellos que la vieron por vez primera.



De manera paralela a los hermanos Lumiere, Thomas Alva Edison, inventor estadounidense desarrollaría su propio sistema cinematográfico, e inspirado por la novela de Mary Shelley produciría su propia y primera adaptación de Frankenstein, la cual sería dirigida por James Searle Dawley. En la película de menos de 13 minutos vemos una versión sintética y extremadamente dramática del moderno Prometeo, en la que podemos destacar el uso de precarios efectos especiales así como el patoso final absurdo y lleno de cursilería.



Otro fabuloso  ejemplo  de terror mudo es L'inferno  de Giuseppe de Liguoro, una obra fuertemente inspirada en la divina comedia de Dante Alighieri, rodeada de hórridas imágenes, rica en paisaje deplorables y decadentes poblados de terribles demonios grotescos.
Por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eterno dolor, por mí se va con la perdida gente, antes de mi no hubo cosa creada, a excepción de los seres eternos y yo duro eternamente, abandonad toda esperanza los que entréis aquí. -Tercer canto del Infierno de Dante-



La caída de la casa Usher de Jean Epstein,  es otra deliciosa pieza de tenebrosas cualidades, de ambiente gótico y mal sano, es una de las primeras y más dignas adaptaciones del relato del maestro Edgar Allan Poe
Como si la sobrehumana energía de su voz tuviera la fuerza de un sortilegio, los enormes y antiguos batientes que Usher señalaba abrieron lentamente, en ese momento, sus pesadas mandíbulas de ébano. Era obra de la violenta ráfaga, pero allí, del otro lado de la puerta, estaba la alta y amortajada figura de Madeline Usher. Había sangre en sus ropas blancas, y huellas de acerba lucha en cada parte de su descarnada persona. Por un momento permaneció temblorosa, tambaleándose en el umbral; luego, con un lamento sofocado, cayó pesadamente hacia adentro, sobre el cuerpo de su hermano, y en su violenta agonía final lo arrastró al suelo, muerto, víctima de los terrores que había anticipado.”  -Penúltima estrofa de la caída de la casa de Usher-



The penalti o el hombre sin piernas de Wallace Worsley, fue sin lugar a dudas la obra cinematográfica que catapulto la prolífica carrera de  Lon Chaney, un drama brutal, con una historia de gánster, violencia y venganza cuyo guión podemos alabar de innovador y adelantado. Curiosa es la forma en la que Chaney interpreta a Blizzard, pues los atónitos espectadores realmente creían que al hombre le habían amputado las piernas. Hablando de Chaney podemos mencionar The unknown del prolífico director Tod Browning, que nos narra un cuento cruel y terrible que tiene lugar en la dura vida del circo.



Siguiendo con el listado de las obras más significativas de este periodo cinematográfico nos reencontramos con el maestro Melies y la emblemática The Sign of Cross que nos narra la aparición del maligno y sus diabólicas huestes en el interior de un convento y los intentos de los sacerdotes por exorcizarlo de dicho precinto.


 De manos del mismo director se nos otorga The damnatión of Faust, una pequeña cinta que influenciada por la novela romántica de Goethe nos muestra delirantes escenas de un infierno festivo y maldito.


Para concluir la satánica trilogía fílmica de Melies tenemos The Merry Frolics of Satan, otra adaptación de Faust en la cual el despreciable Mephistopheles hace de las suyas transportándonos a una realidad onírica y surrealista, compuesta enteramente de escenas con un alto nivel de simbolismo y tétricas extravagancias, la obra de Melies se sitúa entre una de las más icónicas y apreciables de la historia del cine.



Uncle Josh in a spooky hotel de Edwin S. Porter brilla por la demencia representativa de la compañía de Edison y nos narra de manera breve una de las aventuras del tío Josh quien junto con el dueño de un hotel se ven acosados por la maligna figura de un fantasma.

 Dentro de la misma franquicia tenemos Uncle Josh's Nightmare del mismo director y con el mismo protagonista, exceptuando que esta vez el tristemente célebre tío Josh tiene una horrenda pesadilla en compañía de Satán.



The Haunted Curiosity Shop de Walter R. Booth es un singular ejemplo de la macabra fantasía humana, contándonos la historia de un Viejo vendedor de artículos históricos y los terribles entes espectrales que hechizan el negocio, variando las maldiciones de torsos femeninos voladores, esqueletos danzarines hasta un absurdo grupo de duendes barbados. De la misma dirección de Walter R. Both tenemos la oscura e infame The Magic sword donde fantasmas, brujas, un nefasto gigante y horripilantes cabezas voladoras se ciernen sobre un par de enamorados.



The haunted house de Segundo de Chomon inquieta nuestras almas con terribles visiones grotescas sobre la estadía de una familia en una horrenda casa endemoniada, brujas, demonios rancios, objetos voladores, fantasmas translucidos y llamas danzarinas dignas de un jodido hell hole todo esto y el impresionante uso del stop motion dan fuerza y notabilidad a este filme de 1908.



Edgar Allan Poe de W. E. Griffit es otra apasionante pieza de los inicios del cine y narra de forma breve las terribles desventuras del angustiado escritor, quien se ve inmerso en una historia de terror, con su amada agonizando y la maligna figura del cuervo sobre el busto de Palas es inevitable maldecir hacia el cielo y susurrarle a la oscuridad, Nunca más.
"¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso. ¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.  No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu! Deja mi soledad intacta.  Abandona el busto del dintel de mi puerta. Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta. Y el Cuervo dijo: Nunca más." – El cuervo, penúltima estrofa.-



La adaptación de Dr. Jekyll and Mr. Hyde tienes dos versiones de esta época que valen la pena resaltar, la primera viene de manos de Lucius Henderson, la segunda es obra de John S. Robertson, ambas cintas exploran la lucha del hombre contra sus instintos, el ansia de poder y la pasión desmedida se enfrentan a una oxidada e inflexible moral.



“...El espectro de algún antiguo pecado, el cáncer roedor de alguna vergüenza oculta, cuyo castigo viene cuando años después la memoria ha olvidado la falta y el amor propio la ha perdonado.” –Pagina 23 de la obra de de Robert Louis Stevenson.



El estudiante de Praga de Stellan Rye y Paul Wegener, brilla como otro filme de corte impresionista, la película narra una historia influenciada en parte por el poema “La nuit de Décembre” de Alfred de Mousset y el relato William Wilson, de Edgar Allan Poe, aunque también podemos señalar la fuerte influencia de Faust de Goethe, en la cinta vemos a Balduin interpretado por Paul Wegener, un estudiante que está hastiado de la vida que lleva, el cual por enredos del destino se enamora de una condesa, siendo esta un relación problemática el joven estudiante hará un extraño pacto para obtener el amor de la noble mujer, en dicho trueque un viejo misterioso le propone que a cambio una fuerte cantidad de dinero él le pedirá cualquier cosa que se halle en su habitación, la cual termina siendo su reflejo. La amenaza del döppelganger se hace presente.



Otra obra inspirada en los trabajos del irrepetible Allan Poe es The Avenging Conscience o La conciencia vengadora dirigida por  D.W. Griffith. Es una historia que se apoya en la convergencia de El corazón delator, El pozo y el péndulo y Annabel Lee y trata sobre un joven enamorado, el cual ve mermada su situación por culpa de su tío, al que decide, gracias a la locura, la depresión y las terribles visiones de muerte, asesinar y emparedar, con el tiempo la culpa, el ansia y la demencia se apoderan del protagonista quien no repara en delirios y alucinaciones sobre su terrible crimen.



The Cat and the Canary o El Legado tenebroso del célebre director Paul Leni es una adaptación cinematográfica de la homónima obra de teatro, la cinta nos narra como el fallecimiento de Cyrus West atrae a sus tres sobrinos, Annabelle, Charlie y Paul, quienes se presentan para la lectura del testamento 20 años después de la muerte del tipo, Annabelle será la afortunada de llevarse la casa y la plata del viejo, pero de forma paralela un psicótico al que apodan “El gato” escapa del asilo y se refugia en la casa, la cual, para rematar, está encantada.



Por último pero no menos impresionante, tenemos Les Vampires de Louis Feuillade, una serie de cintas divididas en Diez capítulos que narran los terribles misterios de una banda de gánster de la vieja parís, dicha organización se hacen llamar “los vampiros” y será el periodista Phillipe Guérande quien se encargue de desenmarañar sus oscuros secretos.




Sé lo que se deben estar preguntando, ¿Dónde están El gabinete del Dr. Caligari, El Fantasma de la Opera y la inolvidable Nosferatu? Pues bien, creo que estas cintas merecen su propio espacio, en el cual abordaremos los principios estéticos y filosóficos del Expresionismo, sobre todo su historia y su relación con estas películas, así que sin más preámbulos me despido, soy el Dr. Aleister Curiel y les deseo dulces lunas y bellas pesadillas.